Verdad, Vergüenza y Conciencia

Tengo para Betty una respuesta más amplia que la que le pude ofrecer en el blog de Anilú, he aquí las definiciones que Betty, como no es una persona normal, no conoce.

Verdad: La verdad es esa cosa por la que el mundo tiene tantos problemas; es decir, si yo creo que lo que digo es verdad (entiéndase: condición de no falso) y tú llegas y me dices que lo que tú dices es verdad, ya tenemos pleito. En cambio, si tú y yo nos ponemos de acuerdo, la idea va a ser verdad, hasta que llegue otro a repelar. Éso en cuanto a ideas.

Si nos vamos a analizar la existencia material de las cosas (como lo menciono en el blog de Anilú) siempre y cuando exista en la mente la previa idea de una cosa, la cosa existe y es verdad. Pero como esta idea proviene de una experiencia sensorial, no puede haber (en condiciones racionales) lugar para objeciones por parte de terceros.

Vergüenza: Es en estos días de tremenda agitación social, política y económica un término relativo. Es eso que debería darle a los políticos corruptos, a los violadores, a los adúlteros, a los gandallas y a George Bush por ser tan hijo-de-su-rechingada-madre. Vergüenza es la sensación de autorrechazo y rechazo de la sociedad que se experimenta al cometer una falta social, moral o familiar. Comúnmente, ambas sensaciones no están relacionadas con lo que realmente siente la sociedad. También surge de ser protagonista de un momento que propicie que los demás se burlen. Entiéndase: cualquier situación graciosa que no ponga en riesgo la integridad física del avergonzado.

Y por último (porque ya me dio sueño), Conciencia: Es otro término relativo. Es eso que deberían tener los políticos corruptos, los violadores, los adúlteros, los gandallas y George Bush por ser tan hijo-de-su-rechingada-madre, para evitar que les dé eso que no les da y que mencioné anteriormente. O sea, es esa "voz interior" que, suponiendo que funciona como debe, te dice: "No, güey, no hagas eso... no está bien". Generalmente está ligada a la escala de valores que tiene cada persona, y está en función de su educación, su nivel cultural y su formación cívico-religiosa.