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Mostrando las entradas de mayo, 2007

Prosa No. 3 (Regalos para un amor eterno)

¿Ves aquella estrella grandota, junto a la luna? Te la regalo. Te la regalo para que te cuide y vigile que nadie perturbe tu sereno sueño. Te la regalo para que, cada que voltees a verla, sepas que te estoy mirando a través de ella. La estrella grandota, que ahora es tuya, también sirve para alegrarte. Cuando te sientas triste recuerda que la tienes. La luz que de ella emana es la mismísima Luz del Señor, quien siempre llena de alegría el corazón. Háblale cuando necesites decirme algo; ella sabrá hacerme llegar el mensaje y será nuestra emisaria. Junto con la estrella grandota, te regalo también los días que me quedan en este mundo. También, la promesa de ser tuyo para siempre. Te regalo una cajita con pequeños envoltorios; uno para cada día de tu vida. Cuando despiertes por la mañana, coge cualquiera de ellos y ponlo cerca de tu oído. Y ábrelo. La brisa fresca susurrará con mi voz un tierno "te amo". Un libro de los poemas más bellos, para recitártelos cuando tomemos el

Voz de pito

- Ya me dijo que le hablaste y que inmediatamente te reconoció la voz. -No puede ser. Estoy seguro de que no me reconoció la voz. Ya no tengo la voz de pito que tenía hace tiempo. Recuerda que tiene como tres años que no nos hablábamos. -Eso sí... Pero para que tengas voz de pito necesitas 5 centímetros más... Realmente yo diría que tienes voz de pititito.