Gélido intento de ligue, parte 2

Cuando se entra a la secundaria, los miedos nos asaltan inevitablemente. Todo un mundo nuevo aparece ante nuestros ojos una vez que cruzamos el umbral de la escuela de nuestra elección.

Nos formulamos preguntas como "¿Seré popular? Si no lo soy, ¿qué pasaría? ¿y si resulto ser nerd? ¿Qué hay de los abusones de tercero o de las horribles clases de álgebra, química y física?". El misterio cae sobre nosotros. Hasta que llegamos al salón y comenzamos a hacer amistades, con lo cual, los temores se disipan. Esta historia, a pesar de ser segunda parte de la anterior, sucedió unos meses antes.

Personas van y personas vienen. Pero siempre hay algunas que nos impactan más que otras. Tal fue el caso de mi mejor amiga en mi época secundariana. Norma y yo nos conocimos, en el salón el primer día de clases. Ninguno de los dos se había percatado de la presencia del otro hasta que la maestra asesora de nuestro grupo nos acomodó por apellidos. A Norma le tocó sentarse adelante de mí.

Conforme fueron pasando los días, fuimos estrechando nuestra amistad. Hasta que me dí cuenta de algo: ¡Norma me gustaba! Estuve varios días trazando una estrategia para lograr que fuera mi novia. Todo parecía indicar que la tenía en el bolsillo. Era viernes y yo no quería soltarle la bomba ese día: se tenía que ir tranquila a casa para llegar preparada para lo que venía el lunes.

Ese viernes salimos de clases, nos despedimos como siempre. Cada quien se dedicó por entero a su fin de semana. Bueno, yo no... ese sábado me enfermé de dengue (¡Puta madre! Mi esperanza de ligue el lunes se esfumaba, porque el domingo yo no mejoraba). Pero por supuesto, una mente inocente de doce años no se detiene a pensar que después del lunes sigue el martes, y del martes el miércoles... Total... ya la tenía asegurada. "¡Que sea el miércoles!" dije yo.

Llegué el miércoles a la escuela, y ella ya estaba en el salón. Me saludó muy alegre, estaba contenta de volver a verme después de casi cinco días de ausencia. Hora del receso...

-Cerebro de kikewaa a kikewaa: Espera, kikewaa. Aún no es momento.

Norma: ¿Cómo estás, amigocho? Ya te extrañaba. Me tenías muy preocupada.
kikewaa: Bien, amigocha. Ya me tienes de nuevo aquí. ¿Qué tal tus clases? (Con una risa malévola).
Norma: Qué feo... mejor te digo que tienes un buen de tarea pendiente... (Con otra sonrisa malévola y de trinfo)
Cerebro de kikewaa y kikewaa (al mismo tiempo): Touché...

-Cerebro de kikewaa a kikewaa: Vas, güey. ¡Vas! ¡Díselo!

kikewaa: Oye, Normis: Tengo algo importante qué decirte.
Norma: ¡Ay! Es cierto. Yo también tengo algo qué decirte.
kikewaa (Dudando): Ah.. pues... bueno, tú primero.
Norma: No... tú primero.
kikewaa: Nel, vas...
Norma: Ok. Adivina qué...
kikewaa: Ah... no sé...
Norma: ¡Ya tengo novio!

-Cerebro de kikewaa: ¿¡Qué!? ¡¡No mames!! Algo no anda bien aquí...

kikewaa (Lo más natural que puede): ¿En serio? Orale... qué de pelos... (de plano mordiéndose la lengua).
Norma: Sí... se llama Xxx Xxxxxxx. ¡¡¡Y me pidió que fuera su novia el lunes!!! (risitas alegres).
kikewaa: No inventes... yo lo conozco (aguantándose la cara de gancho al hígado).
Norma: ¿En serio? Oye, ¡qué buena onda!

-Cerebro de kikewaa: ¡Puta madre! No la chingues Norma... ¿Por qué el pinche Xxx y no el kikewaa, que está mil veces mejor?

Norma: Y, ¿Qué me ibas a decir?
kikewaa: Ah... no... que ya me había enterado... y me da mucho gusto (se pasa el trago amargo). De veras amigocha... qué chido.
Norma: Sale... ahí viene. Nos vemos luego. ¿Te hablo al rato en la tarde o me hablas tú?
kikewaa: Yo te echo el fonazo, ¿va?
Norma: Ok, nos vemos (Besa a kikewaa en la mejilla).

-Cerebro de kikewaa: ¡Puto dengue de mierda! y ¡Pinches defensas huevonas! Pendejas... tenían que dejar que este pendejo se enfermara...


Moraleja: No piensen en ligarse a su mejor amiga después de que se les pase el dengue... siempre hay uno más vivo que se las va a bajar...