Gélido intento de ligue
¿Quién pensaría que en su primera visita a la pista de hielo se encontraría con que las chicas del personal de la pista son taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan guapas? Sinceramente yo no. Quizá porque a mis doce años sólo pensaba en la divertida que me iba a poner patinando.
Llegamos a la pista, pedimos nuestros patines y tras unos minutos de mantenr el equilibrio y encontrarle el chiste a la patinada en hielo, Fernando (sí, el mismo del porno en el SKY) y yo nos dimos cuenta de las bellezas que estaban ahí. ¿El plan? Simple y hasta tonto... Fingir caídas hasta que una de ellas fuera altruistamente a rescatarnos.
Dos horas en vano; caíamos de nachas, de frente, de lado; nada parecía funcionar. Despues de muchas caídas y con nuestros traseritos mojados (por el hielo, desde luego) decidimos dar por terminada nuestra cacería.
Lo mejor que se nos ocurrió después de la amarga derrota fue jugar carreritas. Fernando me iba ganando, así que aceleré. De pronto, cuando lancé la pierna derecha para impulsarme, no alcancé a subir bien el pie, y el freno (que ya ven que los patines para hielo lo traen adelante) se clavó en el hielo. El resultado fue que salí volando, aterricé de panza (lo cual dolió; se me salió el aire) y me deslicé como pingüino aproximadamente dos metros. Ésta es la parte mala.
De pronto, entre el aturdimiento del golpe, pude oír una voz a mi lado:
Llegamos a la pista, pedimos nuestros patines y tras unos minutos de mantenr el equilibrio y encontrarle el chiste a la patinada en hielo, Fernando (sí, el mismo del porno en el SKY) y yo nos dimos cuenta de las bellezas que estaban ahí. ¿El plan? Simple y hasta tonto... Fingir caídas hasta que una de ellas fuera altruistamente a rescatarnos.
Dos horas en vano; caíamos de nachas, de frente, de lado; nada parecía funcionar. Despues de muchas caídas y con nuestros traseritos mojados (por el hielo, desde luego) decidimos dar por terminada nuestra cacería.
Lo mejor que se nos ocurrió después de la amarga derrota fue jugar carreritas. Fernando me iba ganando, así que aceleré. De pronto, cuando lancé la pierna derecha para impulsarme, no alcancé a subir bien el pie, y el freno (que ya ven que los patines para hielo lo traen adelante) se clavó en el hielo. El resultado fue que salí volando, aterricé de panza (lo cual dolió; se me salió el aire) y me deslicé como pingüino aproximadamente dos metros. Ésta es la parte mala.
De pronto, entre el aturdimiento del golpe, pude oír una voz a mi lado:
-"Amigo, ¿te encuentras bien? Déjame ayudarte. ¿Seguro que estás bien?".
¡El atento personal de la pista por fín me había hecho caso! Ésa fue la parte buena.
La peor parte: ¡No era la chica guapetona que esperaba! ¡Ni siquiera era fea! Era un chavo del personal de la pista... Todos mis intentos de ligue fallidos, para que cuando fuera verdad llegara un hombre. Éso si es estar en la lista negra de Murphy...
La peor parte: ¡No era la chica guapetona que esperaba! ¡Ni siquiera era fea! Era un chavo del personal de la pista... Todos mis intentos de ligue fallidos, para que cuando fuera verdad llegara un hombre. Éso si es estar en la lista negra de Murphy...
Aunque cabe mencionar que este güey no era nada feo...
Comentarios
KiSSeS & HuGs!!!...
Odio La Pista desde entonces.
P.D.: El remate... ese día me encontré un billete de $100...... falso...