Historia de un papel...
Hace unos días (el miércoles para ser preciso) llegué a la facultad de medicina a presentarme a servicio como todos los días. Para los que no sepan mi horario, estoy de 16:00 a 20:00. Obviamente, llegué después de haber ido a comer.
Al cabo de un rato sucedió lo que por lógica sucede cuando (teniendo un correcto funcionamiento del sistema digestivo) se alimenta el cuerpo: me dieron ganas de ir a evacuar lo que mi cuerpo ya no requería (entiéndase ir a cagar, defecar, ahogar el topo, columpiar el twinki, hacer un download, etc...).
Me metí al armario de cableado (la bodega y donde están los dispositivos de red) a buscar papel (palfun, por supuesto) y me encontré con la noticia de que no había (Imaginen el trauma emocional).
Fui a la tiendita de afuera, pedí un cigarro y, desde luego, mi rollo de papel. Grande fue mi sorpresa cuando me dieron un rollo de papel de ese que tiene florecitas verdes y huele deliciosamente a manzanilla, pero no le dí mucha importancia.
Prendí mi cigarro (buen preámbulo) y cuando me lo acabé me dirigí a toda prisa y sin dejarme ver a las oficinas (Obviamente, no uso los baños de los alumnos ni en mi mejor peda.) y entré sigilosa y discretamente. Me dirigí al baño, entré con mi libro y me dispuse a pasar los mejores quince minutos de esa tarde.
Cuando acabé llegó la mejor parte de este episodio fecal. Corté un trozo de aproximadamente cuatro o cinco cuadros, lo doblé estratégicamente y lo apliqué como todos lo saben hacer. ¡Qué sensación tan refrescante! ¡Qué suavecito y fresquecito estaba ese papel! Creo que toda la vida he vivido con una venda en los ojos.
Y no es que yo tenga cu...tis de princesa o de rey, pero es que ¡Qué rico es limpiarse con papel de manzanilla!
Definitivamente, acabo de encontrar la manera de extender uno de los grandes placeres de la vida... ¡y por sólo $3.50!
Dios bendiga al que tuvo la idea de ponerle manzanilla al papel higiénico, y de hacerlo más suavecito para beneplácito de los culos exigentes.
Úsenlo, y ya me dirán...
Al cabo de un rato sucedió lo que por lógica sucede cuando (teniendo un correcto funcionamiento del sistema digestivo) se alimenta el cuerpo: me dieron ganas de ir a evacuar lo que mi cuerpo ya no requería (entiéndase ir a cagar, defecar, ahogar el topo, columpiar el twinki, hacer un download, etc...).
Me metí al armario de cableado (la bodega y donde están los dispositivos de red) a buscar papel (palfun, por supuesto) y me encontré con la noticia de que no había (Imaginen el trauma emocional).
Fui a la tiendita de afuera, pedí un cigarro y, desde luego, mi rollo de papel. Grande fue mi sorpresa cuando me dieron un rollo de papel de ese que tiene florecitas verdes y huele deliciosamente a manzanilla, pero no le dí mucha importancia.
Prendí mi cigarro (buen preámbulo) y cuando me lo acabé me dirigí a toda prisa y sin dejarme ver a las oficinas (Obviamente, no uso los baños de los alumnos ni en mi mejor peda.) y entré sigilosa y discretamente. Me dirigí al baño, entré con mi libro y me dispuse a pasar los mejores quince minutos de esa tarde.
Cuando acabé llegó la mejor parte de este episodio fecal. Corté un trozo de aproximadamente cuatro o cinco cuadros, lo doblé estratégicamente y lo apliqué como todos lo saben hacer. ¡Qué sensación tan refrescante! ¡Qué suavecito y fresquecito estaba ese papel! Creo que toda la vida he vivido con una venda en los ojos.
Y no es que yo tenga cu...tis de princesa o de rey, pero es que ¡Qué rico es limpiarse con papel de manzanilla!
Definitivamente, acabo de encontrar la manera de extender uno de los grandes placeres de la vida... ¡y por sólo $3.50!
Dios bendiga al que tuvo la idea de ponerle manzanilla al papel higiénico, y de hacerlo más suavecito para beneplácito de los culos exigentes.
Úsenlo, y ya me dirán...
Comentarios
Pss si, así es, uno de los placeres más grandes de la vida es el defecar!!! por muy escatológico que se oiga, es un proceso natural taan placentero y deshaogante... jeje! bueno! un abrazote y los mejores deseos para ti y tu fam!!!