De nombres y estancias

Una tarde calurosa en Poza Rica, acompañados de un buen espresso preparado por el kikewaa, éste y Tania se encontraban enfrascados en la siguiente conversación filosófica acerca de la trasmutación de sus respectivas identidades:

Tania: Yo me llamo árbol.
kikewaa: Yo me llamo flor.
Tania: Yo me llamo viento pampeano; aunque nunca he estado en la pampa.
kikewaa: Pues yo me llamo viento del norte. Y sí he estado en el norte.
Tania: ¡Pues yo me llamo viento alisio!
kikewaa: ¿Qué ya has estado en Alicia?

Comentarios

tielito lindo dijo…
woooopss!!!!!.....

jajajaja....

pero que buena tarde!!!

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