Disertación sobre Identidad y Familia en el 2do. Parlamento de la Juventud Veracruzana

Identidad y familia

Veracruz es un estado que se ha distinguido por permitir la manifestación de las ideas en todos los sentidos. Estar en este escenario, que ha albergado a tantos hombres y mujeres que desde este sitio y en forma atinada han dirigido en muchos aspectos el avance y el progreso del Veracruz que ahora tenemos, es para mí un placer y un gran honor que comparto con todos los que hoy se encuentran aquí congregados.

Los valores que requerimos para lograr ser como estos hombres y mujeres, para que de esta forma podamos dar continuidad al avance y el progreso de nuestro estado, se consiguen en gran medida gracias a la educación que recibimos en el seno familiar durante la infancia y la adolescencia. Y ha sido así a lo largo de muchas generaciones, tiempo en el que la familia ha sido eje rector en la vida de muchísimas personas. Es aquí donde recae la importancia de esta célula fundamental de nuestra sociedad como generadora y perpetuadora de valores y principios.

Dentro de la familia se nos inculca el amor por nuestros hermanos, el amor por nuestros vecinos y por nuestra tierra. Estos valores y el conocimiento de la historia y de nuestras tradiciones y costumbres van forjando la identidad del veracruzano, que resulta fundamental para formar ciudadanos ejemplares que salvaguarden las instituciones y los símbolos que nos identifican como habitantes de este estado y de nuestro país, que velen por preservar los valores inculcados y que, sobre todas las cosas, sean elementos útiles para la sociedad en la que vivimos.

No podemos negar, así mismo, que actualmente se vive una de las más difíciles crisis económicas a nivel mundial, y que se traduce en crisis social, pero a pesar de ello, la familia continúa siendo un factor importantísimo en el desarrollo individual de los habitantes, no sólo de nuestro país, sino de nuestro planeta. Debido a esto, las familias mexicanas, lo mismo que las veracruzanas, han visto transformado y trastornado el esquema familiar tradicional al enfrentarse los padres de familia con la situación de que ambos, padre y madre, deben luchar por conseguir el sustento familiar, ya que las exigencias del mundo actual precisan ingresos mayores para atender las necesidades de alimentación, educación y vivienda. Además, en los últimos años se ha dado una explosión en la implementación de la tecnología, como es el caso de las computadoras personales, que han pasado de ser un lujo de las altas esferas de la sociedad a ser una necesidad en el desarrollo educativo e intelectual de los jóvenes.

Esto ha generado que los hijos deban permanecer bajo el cuidado de personas que no siempre resultan benéficas para su correcta formación, ya que muchas veces estas personas poseen una escala de valores diferente, o una cultura diferente, o simplemente ocurre la mala fortuna de que son personas malas y con sus acciones llegan a causan grave daño a los niños tanto en su integridad física como moral, trayendo secuelas negativas en el buen desarrollo de los años subsecuentes, y en casos extremos estas secuelas se prolongan hasta la edad adulta, causando graves conflictos emocionales y psicológicos, mermando así la capacidad de integración social de los individuos o impidiendo que se conviertan en elementos totalmente útiles para la sociedad.

Un agravante común en este escenario es que las necesidades materiales han sustituido a las necesidades afectivas de las familias. Es decir, una vez cumplido el objetivo de proveer sustento a los hijos, la formación de éstos queda relegada, perdiéndose de esta forma una parte fundamental de lo que hasta hace unos años, sin duda alguna, era el modelo familiar más importante de América Latina y el mundo, y causando de esta manera que los niños y jóvenes de nuestro estado crezcan con una visión muy apática de la vida y la sociedad al encontrarse faltos del cariño y el interés de sus padres.

A todo esto se debe agregar la creciente emigración hacia los Estados Unidos. Este fenómeno es una de las principales causas de desintegración familiar y lo que está causando que muchos de los jóvenes no se sientan identificados ni en su familia ni dentro de su comunidad. Dada esta situación, tenemos jóvenes que no tienen el menor interés en ser parte activa de la sociedad. En ocasiones aunque no se dé una completa desintegración de la familia, sí se van adoptando nuevas formas de pensar e incluso nuevos valores totalmente ajenos a los valores inculcados por generaciones y que hicieron de este país lo que es hoy en día, y que son introducidos a los núcleos familiares por el contacto cercano con el jefe de familia o, en su caso el miembro de la familia que haya emigrado.

Otro efecto perjudicial de la emigración es el deseo que se genera en nuestros jóvenes de seguir el “sueño americano”, lo cual echa por tierra nuestra identidad, que se ve destruida al aceptar las ideas de nuestro país vecino produciendo un antagonismo entre la identidad del mexicano, con sus costumbres y tradiciones, y la ilusión de lograr, en un país que no es el nuestro, el éxito económico que la falta de oportunidades no permite conseguir. Éste antagonismo genera una antipatía por las oportunidades potenciales que se tienen dentro de nuestro país, y da una gran preferencia a la opción de emigrar, creando en el proceso una cultura híbrida a todas luces nociva para nuestra juventud.

Bajo este contexto resulta imprescindible la generación de empleos bien remunerados que logren atraer a los jóvenes que recién egresan de las universidades, pues en la medida que estas oportunidades se den, el joven veracruzano podrá recuperar, preservar y enriquecer la identidad de la cual debemos sentirnos orgullosos. Además, esto podrá ayudar a que las nuevas familias puedan retomar el modelo tradicional, lo que redundará en un mayor vínculo con los hijos y la generación de ciudadanos más involucrados con su entorno y más comprometidos con el desarrollo de nuestro estado y nuestro país.

Ser mexicano es un placer que muchos de nosotros no logramos gozar en total plenitud ya que la introducción de componentes culturales extranjeros, como lo son música, costumbres, modas y formas de pensar y de actuar nos alejan de nuestra identidad. Yo los invito a sentirnos orgullosos de ser mexicanos, pero ante todo a salvaguardar nuestra identidad veracruzana y los valores familiares que hemos heredado de generación en generación y a transmitirla en su debido momento a nuestros hijos para contribuir a preservar las características que he mencionado.

Nosotros los jóvenes somos agentes de cambio. Por esta razón, además de sentirnos orgullosos de lo que somos, debemos tomar y formar conciencia e impulsar una cultura de familia en nuestro entorno. Apoyados por nuestro gobierno, unamos fuerzas para recuperar y mantener viva a la institución más importante que tenemos: la familia; ya que ésta no es sólo una institución, sino una fuente de apoyo, de amor y de comprensión, necesidades hoy en día no sólo fundamentales, sino críticas para el buen desarrollo, como ya lo dije, de elementos útiles, activos e involucrados con la sociedad a la que se deben.

Comentarios

Nightman dijo…
El texto deja claro que se pierden valores, pero esta en cada quien ya como lo decia, la desinte4gración familar y tambien las malas compañias nos van alejando de lo bueno, ¿Pero que se puede hacer?, mucho, pero esta en nosotros y en cada uno, ybno que lo transmita y el otro que lo reciba, pero no todos estan dispuestos a haceptar esto pero con uno que se gane, eso es suficiente por esta persona va a atraer otro más, y así sucesivamente, es algo quedebemos hacer y no dejarnos caer,. todo esta en nosotros y la rectitud de ellas.
BlackTigerX dijo…
ufff, totalmente de acuerdo en muchos puntos, la cosa es que la crisis actual y el rumbo que llevamos pinta hacia una decadencia en todas esas cosas que hacen falta, en la familia, en la identidad, etc...

es triste, es la triste realidad...

salu2

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