Hace unos días (el miércoles para ser preciso) llegué a la facultad de medicina a presentarme a servicio como todos los días. Para los que no sepan mi horario, estoy de 16:00 a 20:00. Obviamente, llegué después de haber ido a comer. Al cabo de un rato sucedió lo que por lógica sucede cuando (teniendo un correcto funcionamiento del sistema digestivo) se alimenta el cuerpo: me dieron ganas de ir a evacuar lo que mi cuerpo ya no requería (entiéndase ir a cagar, defecar, ahogar el topo, columpiar el twinki, hacer un download, etc...). Me metí al armario de cableado (la bodega y donde están los dispositivos de red) a buscar papel (palfun, por supuesto) y me encontré con la noticia de que no había (Imaginen el trauma emocional). Fui a la tiendita de afuera, pedí un cigarro y, desde luego, mi rollo de papel. Grande fue mi sorpresa cuando me dieron un rollo de papel de ese que tiene florecitas verdes y huele deliciosamente a manzanilla, pero no le dí mucha importancia. Prendí mi cigarro (buen...