De los encuentros efímeros
Hoy te ví. Tan pronto apareciste, así volviste a irte... sin embargo, el momento duró varias eternidades. Esta vez, no hubo rencores ni reclamos. Sólo la duda: "¿Alguna vez te diste cuenta de tu muerte?" a lo cual contestaste, con los ojos anegados en lágrimas, que no. Un abrazo, y el encuentro terminó.