Para Karlita, con amor... Era una chica que en una ocasión tuvo un mal día en la escuela... No recuerdo precisamente qué le había pasado, el caso es que llegó alicaída a casa. Su padre, que era cheff, al verla llegar le preguntó qué sucedía. Obviamente ella prorrumpió en quejas e incluso profirió algunos improperios contra las situaciones y personas que la aquejaban. El papá, con mucha calma y comprensión la escuchó hasta que terminó su perorata. Una vez finalizado el rosario de quejas, se levantó y le dijo que lo siguiera a la cocina. Una vez en la cocina, el papá sacó tres cacerolas, las llenó con agua y las puso al fuego. Después buscó una zanahoria, un huevo y un poco de café de grano; puso la zanahoria en una de las cacerolas cuando el agua comenzó a bullir, y el huevo en la otra. Molió el café y cuando el agua estuvo a punto, lo puso en ella. La chica, extrañada, preguntó a su padre qué pretendía; él, con un ademán, le indicó que esperara y que observara. Minutos después, sacó la...