Pues estaba yo pensando en mis mafufadas cuando de repente se me ocurrió pensar que soy muy pequeño, de tamaño infinitesimal; un microkikewaa, para acabar pronto. Resulta que me dí cuenta de eso uno de esos días en que andaba con la más fea de las crisis existenciales breves que he sufrido. Son espantosas, ¿sabes? porque resulta que un día amaneces poca madre y sientes, piensas e incluso te convences (por alguna extraña razón) de que ese día (ningún otro mas que ése) va a ser un día de poquísima-su-madre. Sales a la calle y te dispones a hacer lo que siempre haces. Pones el pie fuera de casa, te encaminas a tomar el camión que te llevará a la escuela-oficina-mercado (según tu actividad planeada para ese poquísima-su-madre día) y vas caminando (o en el medio en el que vayas) pensando que nadie te va a quitar el triunfo de las manos. Eres grande, poderoso, el mundo en su inmensidad no puede contra tí solo, simplemente NO PUEDE. Llegas a la escuela (en mi específico caso de mi específico ...